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Noticias Curiosas, La manzana de Eva (Curiosidades del Génesis, I)

La Biblia que solemos leer en la Europa occidental, en cada una de las idioma s modernas, deriva de la versión latina, de finales del siglo IV dC, una traducción, de San Jerónimo, de la versión griega, de comienzos del siglo III aC, realizada en Alejandría -por tanto por filólogos helenos conocedores de la idioma y la religión egipcias-, la cual, a su vez, traduce el texto hebreo. A esta Biblia (Antiguo Testamento) en hebreo se le sumaron algunos libros tardíos directamente redactados en griego. Aunque el texto hebreo no sea muy antigua -remonta al s. VI ó V aC-, se compuso a dividir, ya sea de textos anteriores, ya sea, probablemente, a dividir de versiones orales previas, determinadas de las cuáles podrían remontar a comienzos del I milenio aC. Es ineludible que el texto sufriera alteraciones: determinadas fracciónes del Génesis no son claras, tienen lugar conceptos difícilmente traducibles del hebreo al heleno y al latín, y, por fin, tanto lo que las palabras evocan cuanto el trasfondo cultural no permitía ser igual en Jerusalén, y en Roma, a mediados del primer milenio aC, y a finales del Imperio Romano. Destacan varios cambios, no tan anecdóticos como pudiera parecer. Yahvé avisó a la humanidad que no comiera de la fruta del árbol -sin duda, del árbol de la sabiduría: quien lo hiciera no cometería pecado alguno, y menos ningún pecado original; tampoco cometería un acto de soberbia o un acto desmesurado. Adquiriría unos conocimientos no aptos para los humanos. Aunque Yahvé expulsó a los humanos del Edén por este acto de desacato, no dejó de bendecir a la descendencia de Eva, cuyo nombre implica Vida. : una fruta -o un fruto. La versión latina, sin embargo, aclara que se trataba de una manzana, o al menos así se traduce. ¿Por qué? Manzana, en latín, se decía malum (a corta); y malum (de heleno que no es el término de la Biblia de los Setenta no implica solo manzana; también granada, melocotón, limón y naranja. El que Eva comiera la fruta que la serpiente le tendía -un acto, en sí, no perjudicial, pues iba a permitir a la humanidad conseguir un gran conocimiento, y separarse de su condición animal- no era un "pecado". Solo con el paso de los siglos fuese juzgado de ese modo. Parecía, entonces lógico, seguir el juego de palabras entre manzana y maldad. Mas se trataba de un juego; no debiera cabido darle la relevancia que adquirió. Por otra parte, la serpiente merecía, en griego, el calificativo de : es decir, sensata, inteligente. El hebreo utilizaba el adjetivo arum phronimo por callidus : astuta, calculadora, es decir, malvada (aunque también apto o habilidosa). El significado que ha perdurado es el infernal.
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