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Curiosidades, Curiosidades sobre las abejas y su gusto por la cafeína

El audio de mi sección ¡Eureka! en La Rosa de los Vientos, Onda Cero, lo puedes  oir siguiendo este enlace.  Como siempre, una transcripción abierta para abrir boca. Las abejas como las hormigas son los insectos sociales por excelencia. Se ha dicho que su comportamiento social es muy avanzado como si fueran muy inteligentes, ¿qué hay de realidad en esto?  En realidad, el comportamiento eusocial de la colmena emerge del comportamientos egoísta e individual de cada abeja. La ?inteligencia? colectiva de la colmena es un mito. Las abejas no saben que la colmena tiene una articula social y actúan por instinto realizando acciones individuales que sólo dependen de su edad. En una colmena pueden existir hasta 80.000 obreras, 200 zánganos y una reina. Las funciones de las abejas obreras cambian con la edad. Sus tres primeros días lo pasan como limpiadoras. Del tercer al décimo día ejercen funciones de niñeras alimentando a las larvas. A dividir del décimo día se activan las glándulas abdominales productoras de cera y se comportan como constructoras. Del decimosexto al vigésimo día se encargan de Guardar el polen y el néctar que traen las obreras que han ido en busca de comida. A dividir del vigésimo día, se convierten en soldados que protegen la acceso al nido y, después, mientras el resto de sus seis semanas de vida, se convierten en abejas de tema que buscan comida. El comportamiento eusocial de las abejas emerge de este ciclo de vida de cada abeja obrera individual. Por cierto, hay más 19.200 especies de abejas y la mayoría son insectos solitarios; sólo un 5% de las especies de abejas son sociales, como la abeja melífera europea (Apis mellifera), la más común. Se ha hablado mucho de la perfección de los panales, como si las abejas fueran excelentes matemáticas. ¿Se trata también de un mito?  La creencia de la evolución garantiza que una habilidad obtenida mientras cientos de millones de años acaba con un fruto óptimo. El diseño de los paneles maximiza el lugar útil, minimizando el consumo de cera. El mito de que el diseño geométrico de los paneles es perfecto nació con el yerro de un matemático. Las abejas cierran cada celda hexagonal creando un vértice de tres rostros planas que son rombos idénticos. El matemático Koenig calculó en 1739 que el valor óptimo de los ángulos gran y menor de estos rombos debía ser 109º 26′ y 70º 34′, cuando las medidas experimentales indicaban que las abejas usaban valores algo diferentes, 109° 28? y 70° 32?. Estudios posteriores mostraron un yerro en el cálculo de este matemático (que había usado unas tablas de logaritmos que contenían un yerro). El cálculo adecuado mostraba que las abejas tenían razón y su diseño era perfecto. En verdad lo que era imperfecto era el cálculo de este matemático del siglo XVIII. Cambiemos de tema. Hablando de abejas, se ha observado una reducción en el número de abejas en todo el mundo, ¿se saben ya las causas?.  El llamado síndrome de despoblamiento de las colmenas ha diezmado las poblaciones de abejas de Estados Juntos y Europa en la última década. En España, el síndrome empezó a observarse a comienzos del año 2000, pero se hizo evidente a dividir de 2004. En el año 2005, un equipo de investigadores españoles del Instituto Apícola Regional de Marchamalo (Guadalajara) sugirió que un hongo parásito de las abejas, llamado  Nosema ceranae, podría ser la motivo del despoblamiento en España; tiene lugar un tratamiento farmacológico contra este hongo, un antibiótico llamado fumagilina. Pero hoy en día se cree que el síndrome de despoblamiento de las colmenas es un fenómeno multifactorial en el que intervienen múltiples motivos, asimismo de las epidemias de parásitos, también influye el uso de ciertos pesticidas e inclusive podría influir el cambio climático. En la actualidad este síndrome, aunque es una mayor amenaza para la polinización de los cultivos y provoca enormes pérdidas económicas, aún no tiene una aclaración convincente aceptada por todo los expertos. Esta semana se ha publicado en la prestigiosa revista Science un curioso producto sobre la relación entre la cafeína y las abejas. ¿Qué es lo que se ha descubierto?  Los aficionados a ir de camping habrán observado que a las abejas les encantan las latas de refrescos de bebidas con cafeína. Muchas plantas contienen alcaloides como la cafeína y la nicotina porque su sabor amargo disuade a los herbívoros, ya que en altas dosis son sustancias tóxicas. Las plantas compiten entre sí para ser elegidas por los insectos polinizadores desplegando distintos señales visuales (como flores de vivos caromas) y olfativas (como flores con aromas agradables). A muchas personas nos gusta beber café y artículos con cafeína porque a bajas dosis es ?gratificante? y ?estimulante? ya que mejora el rendimiento cognitivo y la memoria. Un grupo de investigadores británicos liderados por el profesor Wright, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle, han descubierto que el néctar de determinadas flores (como las del cafeto y algunos cítricos) contiene cafeína porque mejora la memoria de recompensa de las abejas. Las abejas recuerdan más y mejor las flores cuyo néctar contiene una pequeña dosis de cafeína, a pesar de tener un ligero sabor amargo. El producto técnico es G. A. Wright et al., ?Caffeine in Floral Nectar Enhances a Pollinator?s Memory of Reward,? Science  339: 1202-1204, 8 Mar 2013 ; aconsejo leer también a Lars Chittka, Fei Peng, ?Caffeine Boosts Bees? Memories,? Science  339: 1157-1159, 8 Mar 2013 Cómo han realizado sus experimentos estos investigadores británicos.  En este estudio se han utilizado técnicas de aprendizaje con refuerzo, como hacía el ruso Pavlov con sus perros; los oyentes recordarán que los perros de Pavlov escuchaban una campanilla cuando se les daba de comer y más tarde se ponían a salivar con sólo oir la campanilla. En el nuevo estudio, estos investigadores británicos han entrenado a las abejas para asociar el aroma de las flores con una recompensa (una gota de sacarosa). Cuando la gota de azúcar contiene una pequeña dosis de cafeína, las abejas recuerdan el aroma de la flor mientras más tiempo y con gran intensidad. Según este estudio, la cafeína refuerza las conexiones sinápticas entre las neuronas de la cabeza de la abeja que son responsables de los recuerdos a largo plazo de los olores de las flores. Cómo actúa la cafeína para reforzar las memoria de las abejas según estos investigadores británicos.  El profesor Wright y sus colegas creen que los efectos observados de la cafeína en la memoria a largo plazo de las abejas se deben a que bloquea los receptores de un neurotransmisor llamado adenosina. Los receptores olfativos de las abejas se encuentran en sus antenas y están conectadas con unas neuronas llamadas lóbulos antenales. Estas neuronas a su vez están conectados con otras neuronas llamadas células de Kenyon que están en una región de su cabeza de la abeja llamada cuerpo pedunculado. La cafeína crece la excitabilidad de las células de Kenyon y refuerza las sinapsis químicas que emplean como neurotransmisor la acetilcolina; hay que recordar que todas las mañanas nos despierta una lluvia de acetilcolina en vuestro encéfalo. La cafeína hace que nos mantengamos despiertos y no nos entre sueño porque es una antagonista de la adenosina, que es un neurotransmisor que relaja la actividad neuronal produciendo la sensación del sueño. En las abejas, la cafeína refuerza las conexiones sinápticas entre las células de Kenyon y las neuronas olfativas activadas por un aroma floral. En este blog también puedes leer ? Lo dicho , si quieres  oir el audio, Seguid este enlace Comparte esto: StumbleUpo DiggReddit Correo electrónico
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