
En la última entrada,
cuando comentaba sorprendida la ?supuesta diferencia?
entre España y USA en la que se fijó mi hija, Inmagina me pidió que contara esas diferencias que, a
diferencia de mi hija, cualquiera Es muy curioso lo que me ocurre
cuando viajo, y es que presto muchísima vigilancia a los detalles. En mi
vida usual soy un despiste andante, es
como si una fracción de mi cerebro de manera autónoma, decidiera que aquí ya está
todo visto y no presto atención. Esto me lleva a situaciones surrealistas
como encontrar que han abierto una tienda al lado de mi casa cuando lleva 8 meses abierta. Suelo cruzarme con
padres del colegio, o con mi particular hermana por la calle, sin darme cuenta. Vamos, que parezco gilipoyas. De
hecho a veces para no parecerlo tanto ante la sorpresa de la persona con la que me acabo de cruzar sin verla, me invento que necesito ante
ojos y que a veces no me las pongo y por eso no veo a la persona en cuestión. Sin embargo en cuanto viajo, se me activan las antenas que es algo increíble. Lo
mismo me da que sea un viaje a Cuenca, que a San Francisco, de pronto lo veo todo. Tras esta larga introducción, paso a realizar mi censo de chiquitas diferencias detectadas cuando he viajado a los Estados Juntos (no solo en esta última ocasión) Los enchufes son diferentes. Esto lo ve cualquiera ya que no te funciona ningún cargador, ni el secador de cabello que tan previsoramente metiste en la maleta. En los 90 este
hecho no tenía tanto impacto y recuerdo no
haber comprado adaptador, pero ahora que vamos cargados con el iphone, el ipad, la cámara, el mp4 de los niños, y no se cuantos aparatos electrónicos e innecesarios de los que somos recurso dependientes, se hace indispensable un adaptador para poder cargarlos por las de medida. Tanto las distancias como la temperatura se convierten en un mayor misterio. ¿Qué
tiempo hace? grados Farenheit Farenheit. -> Puf, no me digas
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